domingo, 1 de agosto de 2010

EL CONDOMINIO

El condominio parte 1 de 3.


Lalo Farías era un buen tipo, ese día  emocionado al igual que Gaby su esposa manejaba  su nuevo carro, lo seguía un camión de mudanza, ¡Por fin tendrían casa propia! Ernestito preguntaba a cada kilometro ¿ya llegamos papá? ¿Ya llegamos? Y Lalo solo le respondía sonriendo – Cuando cuentes 5 coches Color pistache- Y Ernestito contaba y contaba pero casi no pasaban coches color pistache, “John Terry” su cachorro Terry escocés también parecía emocionado. Lalo y su familia llegaban a las puertas de nuevo fraccionamiento los Alpes de arriba. Lalo le decía a su hijo –Mira ¡Magia! Mientras abría la puerta del fraccionamiento con un chasquido de sus dedos y con otra mano apretaba el botón del control automático. Netito aplaudía. Gaby sonreía y besaba a Lalo.

El fraccionamiento de 3 manzanas era un oasis en medio del desierto (y en efecto; quedaba solo a 20 kilómetros de la salida de la ciudad) Una gran barda de 5 metros circuncidaba el nuevo Condominio.. Las casas tenían Jardines verdes como alfombras y seguían el mismo patrón de colores ocres y sus paredes estaban libres de grafittis. El pavimento lucía impecable sin una sola fisura.

Llegaron un domingo, y recorrieron las 6 manzanas del fraccionamiento. En medio había un lindo kiosko donde una familia celebraba asando carne y una alberca donde los niños jugaban alegres. La gente que se iban encontrando a su paso les saludaba amablemente, en su mayoría eran como ellos jovenes entre 23 y 30 años con uno ó dos niños, era como si la inmobiliaria secretamente hubiera escogido un mismo perfil de gente para ocupar sus casas. Cada casa tenía un espacio para estacionar un carro y en las casas ocupadas se veían coches de reciente modelo, como el de Lalo.

Por fin llegaron al número 212, una casa igual que las demás con la única excepción de que le hacía falta el medidor de luz. Lalo descendió de su carro y les abrió la puerta. Gaby ya conocía la casa pero no dejo de emocionarse y daba órdenes a los cargadores de la mudanza a la usanza de las grandes señoras de casa que veía en las novelas. Lalo veía como resolver el problema de la luz. Mientras Netito jugaba con John Terry en un patio ciertamente muy pequeño pero suficiente para sus 4 años.

Fabián su vecino con una extensa sonrisa se asomó por la puerta y salió a darle la bienvenida. Sus puertas estaban a menos de 3 metros una frente a la otra y le ayudo a poner  unos cables en las zapatas del medidor de luz para puentear la corriente y que tuviera electricidad provisional – tardan más de 15 días en ponértelo- Le dijo, y le ofreció pasarle el cable a mitad de precio. Una camioneta reciente llegó, Irma una joven de la edad de Gaby pero más guapa y con una silueta que seguramente se había hecho con miles de horas en el gymnasio  bajó del carro junto con  Efraín un niño de 3 años.  Gaby se presentó y pronto (como suelen hacerlo las mujeres) ya eran amigas intimas.

Esa noche, Con el olor a nuevo de los muebles y Netito contento porque ya había hecho un amiguito Lalo Farías se acostaba pensando que su vida parecía empezar a ser feliz.


El condominio parte 2 de 3

Lalo Farías es un buen tipo, pero a veces se estresa, La puerta de la entada al condominio se ha descompuesto y el comité de vecinos está pidiendo una fortuna para arreglarla, al igual que para reabrir el kiosko que casi nunca se encuentra disponible , Lalo no ha conseguido asar su carne ahí desde que se cambió. El agua de la alberca está sucia y es mejor que los niños no se metan a nadar  si no quieren agarrar algunas ronchas, y es que le cambian el agua cada 15 días (para ahorrar agua y bajar los costos de mantenimiento) Ya que las mensualidad de las casas se ha incrementado al doble y no así los sueldos. Alguien ha pintado su casa de rosa, seguramente le llamaran la atención ya que a Lalo le hicieron volver a pintar su casa ya que el tono con el que había repintado era rosa Mexicano y no ocre como todos los demás. Los céspedes de las casas lucen quemados por el aceite de los carros y el pavimento empieza a mostrar algunas grietas. Lalo voltea la cara al licenciado del 108, se cree mucho porque trabajaba en el gobierno y está levantado un segundo piso arriba de su casa, pasando por alto las normas del condominio. Alguien ha rayado un grafitti en la barda de su casa. La camioneta de Irma le estorba y Lalo algo molesto pita -¿Por qué no se estaciona bien? vieja culona- piensa, Fabián sale en shorts y chanclas y la acomoda disculpándose como diario. Lalo se ha enterado que Fabián se roba el cable, sin embargo a él le sigue cobrando la mitad. Lo deja solo porque un compadre de Fabián que trabaja de eventual en la CFE le ha instalado un diablito y casi no paga luz. Se saludan con un – Quihubole- y algún vano comentario sobre el fútbol. Quedan de ver el juego el sábado, abre la puerta y mira las nalgas de Irma que parece pararlas más cuando Lalo se acerca . Irma se disculpa por la hora y se retira a su casa, no sin antes lanzarle una coqueta mirada. Gaby le cuenta que han cachado a Ernestito y a Efraín el hijo de Fabián viendo sus películas porno y que a Irma le va re mal porque Fabián es impotente que no la hace gritar como a ella los viernes en la noche… Gaby ha ganado unos kilos ¡Gracias a dios es jueves! La cena esta fría, John Terry y su cachorro mendigan un taquito de frijoles ya que a Gaby se le ha olvidado comprarles croquetas y Ernestito encerrado a diario en su cuarto ni los pela. Lalo trata de hacer unos balances que le han quedado del trabajo y no puede concentrarse. Por su ventana llega la música del programa leyendas del rock que Fabián pone sin falta todos los días a las 9:00 en punto. Aparte a cada rato vigila su coche y es que Fabián le ha dicho que al de la entrada le robaron su coche de su propia cochera.

Esa noche Lalo Farías se acuesta viendo la humedad del techo que con las lluvias se ha filtrado a su habitación, ojala y le llegue un buen fondo de ahorro.



El condominio parte 3 de 3

Lalo Farías ya no será un buen tipo, llegara maldiciendo por la puta puerta que está cerrada y que lo obligará a bajarse y poder ser presa de los cholos que se juntaran en el kiosko y que en vez de asar carne atisaran mariguana en la alberca y con los que se juntara su hijo “el Neto” A su carro le fallaran los amortiguadores cuando le pegue al mismo pinche bache de siempre y que el gobierno se negara a arreglar arguyendo que es responsabilidad de la inmobiliaria y vivceversa. La mayoría de la gente habrá pavimentado su césped para no gastar tiempo en arreglar su jardín. A pocos saludará ya Lalo y es que a unos ya ni conocerá y a otros los conocerá demasiado bien, (y es que por consejo de Irma, Gaby le exigirá una camioneta – Sino esa lana se la gasta en putas- le dirá la muy puta de Irma). Y a nadie le parecerá que le estacionen el carro afuera de su casa… ni a él tampoco. Estará inscrito en el barzón y dejara de pagar las mensualidades altísimas y lidiará a diario con llamadas de tranzas abogados e intentos de embargo. Llegara y verá la puta camioneta de Fabián estorbando su lugar adrede, Pitara y Pitara y Fabián no saldrá a acomodarla, aparte en la esquina estará la chatarra de coche que comprará Fabián solo para quitarle su lugar, ya que nunca lo moverá hasta que Lalo hable a la grúa. Se estacionara en el lugar de Fabián y rezara porque no le toque que se roben su carro ese día como a menudo pasa en ese lugar. Abrirá su puerta y verá el desmadre de casa que tiene, los muebles sucios y la sala oliendo a mierda de perro, recibirá una multa de la CFE porque el chismoso de Fabián le ha puesto dedo con su cuñado ahora jefe sindical y todo porque oirá a Lalo borracho decirle una guarrada a Irma. Gaby no gritara los viernes y será una vieja mal cogida y gorda, así que recogerá con rabia las hojas del árbol que tendrá Irma en su colindante patio y se las aventara en la puerta. Irma la descubrirá y envenenará a John Terry tercero, nieto (del fallecido de causas naturales) John Terry Primero porque se comerá las rosas de su jardín. Llegará echando espuma por la boca y Gaby antes de mandar subir la barda de su patio, se brincara y enterrara en la raíz del limonero de Irma unas pilas gordas del gato que secarán su bonito árbol. Irma peleará con Gaby porque descubrirá que Efraín se hizo jotito porqué Neto se lo estuvo cogiendo de chico. Para no verse las caras al abrir la puerta, Fabián ampliará su sala e invadirá una parte de la cochera de Lalo y seguirá oyendo a todo volumen sin dejar dormir a Lalo el programa “leyendas del rock” y hasta cantará emocionado y no se dará cuenta cuando Lalo se lleve a Irma a coger los viernes al Motel de la vuelta. Hasta que Gaby se lo cuente y deje a Lalo y Fabián toque la puerta y le rompa la nariz y Lalo contrate a su hijo y algunos amigos para que lo desaparezcan. Llegará una nueva familia a mudarse y Fabián lo saludará seco, le ofrecerá cable por la mitad de precio y mirará discretamente a su joven esposa.

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