viernes, 30 de julio de 2010

SOBRIO PEDO CRUDO



El sol brilla sobre el cesped recien cortado, similar a una alfombra nueva. Pase elevado por el extremo derecho, Macano recibe de pecho y engancha hacia dentro, por velocidad se lleva al contención. con tan solo su 1.67 de estatura,  aguanta la carga de un robusto central de 1.80. Túnel, se perfila y saca un disparo cruzado que sesga el pasto. Las redes se sacuden. Adalberto su pequeño hermano le aplude efusivo, así como cerca de 100 personas que se chupan alrededor del campo disfrutando la final del torneo 76 de liga de el sindicato de electricistas. Macano es felicitado por sus compañeros. El árbitro pita el final. Macano camina hacia su banca por su valija, un contrario ardido lo choca con su hombro. Macano lo mide y sin titubear, le planta una patada en el páncreas que hace que se doble. Se arma la trifulca. Su amigo el clavo con su larga melena, lo auxilia, el resto del equipo y la mitad de los asistentes le hacen segunda. Macano sale casi ileso.

Don Hector, toma apuntes e invita al Macano a probarse en las fuerzas básicas del club Oro.

Marina su madre abre la puerta, ingresan 30 compañeros a la sala de su casa, Macano carga el trofeo de campeón goleador  y lo deposita enmedio de la cómoda. El malluyo deposita 4 botellas de Don Pedro, con refresco y hielo. Macano victorioso saborea su primera copa de vino antes de cumplir los 16, su padre Lucio lo mira con desaprobación. En la nueva consola alguien pone un LP de José José. A la cochera y a la calle llegan más amigos. Marina su madre y Adalberto sacan más sillas para los gorrones. Adalberto es mandado por un par más de botellas. Macano recuerda y describe puntualmente el gol del campeonato durante toda la noche.

El alba llega y alguien toca. Macano todavía borracho abre la puerta y mira a su bella novia; Ella extrañada lo observa y quedan de salir en la tarde al cine. Macano duerme embriagado de don pedro y de gloria.

El sol brilla sobre el campo de fútbol un poco maltratado, con tierra en algunas partes de las áreas. Pase elevado por el extremo derecho, macano recibe de pecho y alcanza a controlar el balón, toca para su debutante hermano Adalberto quién por velocidad se quita a los dos contenciones, Macano sigue corriendo, un defensor de 1.80 alza su codo, Macano con gran colmillo le pisa el empeine y sale avante, Adalberto le toca y Macano le regresa la pared que prende de zurda Adalberto.  El balón se incrusta en el ángulo superior izquierdo que traspasa las gastadas redes del campo del SUTERM. Cerca de 20 personas aplauden y agitan su vasos de vino.  El árbitro pita el final, un contario insulta a Adalberto y lo empuja, Macano entra al quite y aunque encuentra resistencia en el oponente lo noquea con un zurdazo.

Don Hector toma apuntes, invita a Adalberto a probarse a las fuerzas básicas de la UDG y al macano a echarse unos vinos en el bar Janitzio.

Doña Marina abre la puerta, ingresan los mismos de siempre y la saludan como a su propia madre. Macano busca espacio para el nuevo trofeo, pero no cabe en la cómoda. Decide ponerlo en el piso junto con otros dos. El malluyo deposita 2 botellas de Tequileño blanco reposado y manda al sobrino del macano “Carlitos” por hielo y refrescos. Macano saborea un caballito puro ante la desaprobación de Don Lucio que se introduce a su pieza. Desde  la vieja sale la voz de José Alfredo Jiménez. Los amigos de Adalberto se sientan en la cochera, y destapan un cartón de cerveza. En la sala Macano enumera las veces que ha quedado campeón y recuerda aquel primer campeonato, su gol, la bronca. Sus amigos lo corrigen con los nombres o agregan detalles durante toda la noche. Adalberto a su vez describe su gol a cada amigo suyo que llega. “Carlitos” es mandado por Adalberto por otro cartón de cerveza.
Llega el alba, Macano despide al último de los borrachos y mira a su ex novia caminando con otro por la acera de enfrente. Macano sigue tomando a solas en su habitación.

Llueve y el defectuoso campo esta encharcado. Pase elevado por el extremo derecho, Macano no lo alcanza y sale por la línea de banda. Otro veterano del equipo contrario mueve y se lleva a Adalberto, que lo persigue infructuosamente, Carlos desde la banda con cerveza en mano apoya a sus tíos. Macano comete una grave falta y se arma la trifulca, Macano sigue metiendo bien los puños pero la condición ya no le alcanza, Entra al quite Adalberto que no sale tan bien librado y tiene que ser socorrido por el clavo con su singular calva que encandila a diestra y siniestra. El árbitro pita. Le hacen un pequeño homenaje a mitad de la cancha y le entregan un reconocimiento. Sus viejos amigos le aplauden.

Macano voltea al lugar donde solía sentarse don Hector que en paz descansa.

Su anciana madre abre la puerta y sonríe con su chimuela boca. Entran el malluyo, el tigre, y el clavo. Y Los amigos de Adalberto. Macano avienta su reconocimiento en la mesa, desesperado, sediento. Malluyo le regala de contrabando y cuidando que Doña Marina no lo vea, una botella patona de oso negro. Don Lucio se da cuenta y mueve su cabeza negativamente mientras sale a caminar al parque. Malluyo y el tigre se despiden apenados. Macano se introduce a su pieza con el clavo. Adalberto pone un Cd de Luis Miguel y destapa 2 botellas con sus compañeros de equipo. En la cochera Carlos abre un cartón de cervezas que comparte con sus amigos.

En su habitación Macano enseña sus gastadas fotos a su compadre “el clavo”, Marina lo observa preocupada por la rendija de la puerta. Macano destapa desesperado la botella y le pega un trago directamente de la boquilla. El clavo no le acepta un trago pues su higado a empezado a fallar, al igual que el del Macano. Macano recuerda aquel primer campeonato y lo revive como si hubiera sido ayer. Exagera algunos detalles, omite ciertas cosas, el clavo se rasca la calva y se despide. Macano queda solo, con su botella, sus fotos y sus recuerdos.

Llega el alba, macano vomita sangre, su madre llora, Don Lucio habla por teléfono. Llegan viejos conocidos del centro de rehabilitación. Macano sale caminando pero cae y estrella su rostro contra el piso. los del centro lo cargan. Macano no se resiste. Abren la puerta de entrada. Macano da un último trago a su botella de oso negro y grita incoherencias. En la acera de enfrente una mujer madura pero hermosa se detiene a mirar. Mira al macano con tristeza y continúa caminando con sus jovenes hijos. El macano la observa y no la reconoce.

1 comentario:

Unknown dijo...

Sacando a balcón a la familia!... faltó la historia del heredero jajaja