sábado, 24 de julio de 2010

SOPHIA IS IN THE CHAT ROOM


Shopia era su nick, se conectaba desde las 10 de la mañana que llegaba a su oficina y hasta las 6 de la tarde, rara vez tenía una conversación interesante, pero cualquier cosa era mejor que su rutinario trabajo de secretaria. A su anciano jefe (y tío) poco le importaba que se la pasara pegada al monitor –te vas a fregar la espalda- solo le decía y se volvía a meter a su despacho. El sueldo no era esplendido pero le alcanzaba para darle algún regalito a Dieguito su hijo y para comer bien. Estaba cansada de los miles de adolescentes calenturientos que solo se metían al chat a la par de que veían paginas porno o de los vejetes rabo verdes todavía más estúpidos. Ella ya no creía en el amor, el amor la había dejado hace tiempo y ella también había dejado al amor, buscaba pasar el tiempo, buscaba algo que la sacara del aburrimiento, de la vieja oficina.
En su ventana del Messenger especial (el que solo usaba cuando conocía a alguien que valía la pena) no estaba su foto, sino la de una gordita poco agraciada que había hecho solicitud hace poco para el puesto de moza. Y es que Sofía a sus treinta no estaba nada mal, era muy guapa, tenía una gran sonrisa y ojos con luz propia, pero ella no buscaba una relación, asi que ¿porqué quemarse? Porqué podría pasar que sin saberlo se encontrara con un vecino, con un amigo de la escuela ó ¡con su tío! quién discretamente también se metía de vez en cuando al chat.
A Mario lo conoció una tarde en que estaba a punto de salir, le llamó la atención su nick “Mario Rodríguez Oropesa” le sorprendió que alguien en su sano juicio pusiera nombre y apellidos ya que parte del encanto de los chats es jugar a ser otros, aparentar ser lo que nunca se podrá ser. Estaba a punto de apagar su computadora cuando recibió un mensaje privado de él; Hola Sophia ¿podría robarle algún tiempecito? Y ella decidió quedarse un rato más, ¡total! Era viernes y Dieguito se quedaba con Roberto su Papá. Mario resulto ser un tipo agradable, sumamente educado, y que seguramente no se metía mucho al chat, ya que escribía con perfecta ortografía y no se comía las palabras ni las abreviaba absurdamente.
Aquella tarde Sophia habló largo y tendido, se sintió muy a gusto con Mario, como si en medio de las palabras que iban brotando en la pantalla pudiera percibir un hombre entre mil, con valores con integridad. Las 8 de la noche dieron y el vigilante le pidió que se retirara. Sofía se despidió de Mario y dejo abierta la posibilidad de verse otro día en el chat. Se despidieron cordialmente y se dijeron adiós.
Esa noche Sofía durmió abrazada de su almohada, no se sintió sola como todos los viernes y se arrepintió de no haberlo invitado a cenar o a salir.
El lunes llego como llegan todos los inicios de semana, algo extraño paso; ese día si tuvo trabajo, hacer escritos, revisar informes etc. De vez en cuando Sophia revisaba su msn para ver si Mario estaba conectado pero nada. A las 6 de la tarde y apunto de irse, apareció Mario en línea. Ya era hora de irse y Dieguito la esperaba, pero Mario había puesto su fotografía y era muy apuesto, tanto que Sofía dudaba si de verdad la foto era suya o de un actor de algún país remoto.
Se saludaron, élse disculpo, pero dijo que se le cargo el trabajo y tuvo que recoger unos papeles en el ayuntamiento. Las horas pasaron rápidas, Sofía pronto olvido que hablaba con un extraño y se deshago largo y tendido, el no solo la leía sino que aportaba temas que le interesaban a Sofía y sobre todo; No le pedía que pusiera su web cam ni le preguntaba que qué traía puesto.
Pasaron varias semana y como nunca Sofía iba encantada al trabajo, se le veía de buen humor, terminaba los pendientes muy temprano y vigilaba su ventana en busca de Mario. Ella adrede dejo la foto que tenía de la muchacha gordita poco agraciada, Mario nunca dijo nada, le decía que se sentía solo, que solamente cuando conversaba con ella sentía que había alguien más que lo escuchaba, Sofía sentía lo mismo. Y un viernes después de contarse los pormenores de sus vidas Mario la invito a tomar un café en persona, Sofía con emoción acepto, se quedaron de ver en un café de Chapultepec a las 7:00. Sofía había esperado este momento durante varios meses, pidió salir temprano para arreglarse y ponerse guapa. Escogió aquel vestido comprado en fábricas que nunca había estrenado, estaba dispuesta a todo, a fin de cuentas no está todo perdido, se decía. Quizás el amor la estaba todavía esperando. Y cantaba frente al espejo mientras se peinaba e imaginaba a Mario sorprendido ante su verdadero rostro y cuerpo.
Eran las 6:50 y Sophia camino toda la avenida con el estomago hecho nudos y a la hora acordada se asomó por entre las plantas que delimitaban el café con la acera y ahí estaba Mario, con un traje claro que resaltaba lo moreno de su rostro, elegante camisa reloj y zapatos, se veía que de verdad tenía dinero. Tomaba un vaso de agua (ya que no bebía y fumaba,) y ansioso también de ver a esa mujer de tan bellos sentimientos y con un ramo grandísimo de rosas en la mesa. Sophia se imagino enamorada, plena, amándolo todas las noches, volviéndose a casar, quizás podría tener otro niño pero, ¿Qué no había sido así con Roberto? ¿No se había vuelto loca con él y se habían jurado no separarse nunca? Esta vez no se equivocaría no estaba dispuesta a que nada terminara con su amor; suspiro y con todo el dolor de su corazón se alejo caminando, recorrió la avenida con el llanto en los ojos y abordo un taxi de regreso a casa, mientras Mario pidió otro vaso de agua.

1 comentario:

°๑ Toñiu kiss ツ dijo...

Buena historia, pero tambien como te dije...a veces hay que arriesgarse...las heridas del alam sanan con el motor d la vida, el amor.... Tomar el barco, o bien ya embarcado en el, saltar al agua...con tiburones y delfines...pero tambien arriesgandose....pensando que hubiese pasado siM; pero finalmente arriesgandose...Jeje, pero la verdad muy buena, me imagine a ella muy guapa y al hermoso ramo de rosas todas frescas con un aroma exquisito jejej.. muy muyy padre !!!