miércoles, 28 de julio de 2010

Esperando que los cielos abran



Estoy parado en la cima más alta del planeta, los relojes astrales han llegado por fin a la hora exacta. Mi cuerpo resiente los últimos latidos de mi conciencia. Mis oídos Todavía escuchan los ecos de las masas, sus insuficientes alaridos de perdón, sincronizados con las trompetas del destino, como interpretando la terrible sinfonía del diablo.


He dejado atrás a mi familia, a mis conocidos pero no los extraño, menos al pueblo que tanto odie. Todo va quedando sepultado en el olvido,  en el lugar donde nada existe, donde desaparecieron los titanes de anteriores eras.

Los profetas no llegaron a comprender que aquel que terminara el mundo no iba a ser un enviado del mal. Si alguien fue puro, si alguien cumplió las leyes del señor fui yo. El sacrificio de algunos corderos no será juzgado por el todopoderoso.


sesenta y seis años con seis meses de mi vida estuve esperando el momento preciso, sabia que llegaría, lo que no sabía, es que yo seria el elegido, aquel que hiciera que las cosas volvieran a su orden divino.


No se ha perdió nada. Solo despojos de concreto y basura humana carente de una mínima importancia en el gran plan cósmico.


Soy la última pieza del rompecabezas, eran tan obvias las últimas piezas: El presidente negro, el papa Judío, el control total de la internet, la recesión mundial, el ser humano decadente y depravado, las sectas y sus falsos mesías, el calentamiento global, los terremotos, erupciones, catástrofes. La soledad.


Y aquí estoy parado en la cima más alta del planeta, la materia se va rápidamente en medio de la boca de el todo que se come la inmundicia.


No fue difícil apretar el botón, hacer el cálculo exácto para terminar con todo, lo difícil fue conseguir el dinero, vivir una vida de carencias, robar, engañar y matar, para construir el acelerador de partículas, la puerta hacía el infinito.

¿Por qué lloran?


¿no rezaban y pedían ver a dios?


Se manifiesta ante ustedes.


hínquense, !Impios!

Estoy esperando que se abran estos cielos y que baje el Cristo; qué reclame al último hijo del hombre. Y que me lleve junto a él y al trono de los justos.

Dios entiende todo

Dios lo es todo,

Cada pensamiento

Cada sentimiento

Dios es yo

Yo soy Dios

Osana Los cielos han abierto.

Todo se ha consumado…

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