lunes, 9 de agosto de 2010

No más noches solitarias



La noche nacía bajo las torre de catedral. Era viernes por la noche y el tráfico se acrecentaba en la avenida Chapultepec. Diego caminaba a su casa, exhausto por la semana, se desataba el nudo de la corbata y abría la puerta del complejo de departamentos. Buscaba en la correspondencia y solo encontraba, el recibo del banco y el cobro del cable. Diego subía los tres pisos que le separaban del departamento número 8, su departamento.


No era nuevo en la ciudad, toda su vida la había pasado en la perla tapatía, sin embargo la mayoría de sus amigos se habían marchado muy lejos ó se habían casado y ya no tenían tiempo ni ganas de hacer otra cosa más que de hablar de pañales y biberones.

Diego no tenía novia desde hacía más de 3 años, y le resultaba patético sentarse en la barra de un bar solo y esperar a conocer a alguien.

Diego encendió su computadora, leyó brevemente las noticias de el informador, que ya había revisado poco antes de salir de su trabajo y miro la bandeja de entrada de su correo. ¡Nada! No había nada nuevo, ni una invitación, ni una fiesta, ni un mail de algún amigo invitándolo a echarse unas copas, parecía que iba a ser un viernes común y corriente. De repente a la izquierda de su pantalla miró un anunció de un portal de citas, por solo 10 dólares, podría tener acceso a un banco con más de 1 millón de personas en todo el mundo, solteros y solos como él. Estuvo tentado pero le hubiera dado pena que alguien viera su nombre y su foto en la página, aparte de seguro que la compañía había inventado el millón de perfiles para engatuzar incautos perdedores como yo- penso

Tenía que revisar un dato para su trabajo y se topo con una página llamada Tapatíos.com, algo recordaba de ella, uno de los compañeros del trabajo le había dicho que ahí había conocido a más de 10 mujeres que se había encamado, aunque eso sí, su compañero era el ser más parejero que hubiera conocido y no dejaba una para comadre; gordas, enfermas, casadas, divorciadas, menores de edad, mayores de edad… –bien por él, será feliz- pensó Diego.

Diego era un romántico incurable, creía que la mujer de su vida debería de llegar d forma misteriosa, mágica, en una tarde de otoño entre hojas caídas y crepúsculos espectaculares, así que Diego no se metió precisamente al chat a buscar al amor de su vida, tenía ganas de matar el tiempo, hasta que le diera sueño y lo despertara el sábado con la posibilidad de que sucediera algo que le diera sentido a su vida. Sabía que el 60 % de las personas que estaban en el chat eran hombres, un 20 % homosexuales haciéndose pasar por mujeres y el otro 20 % mujeres que en la calle podrían pasar por hombres. Se puso de nick Diego15, y estuvo en la sala unos minutos mientras checaba de nuevo las noticias ahora del portal del informador, nada había pasado, no había ocurrido otro temblor, nadie había impuesto otro record mundial, no habían asesinado a nadie famoso, ¡no pasaba nada en este mundo! . Ese día pasaban una película de woody Allen en el cable, estaba a punto de comenzar, Diego decidió apagar su computadora y tratar de olvidar de desamores y mujeres con una película de Woody… Sin embargo antes de que saliera, le llego un mensaje privado de alguien llamado TERE45:-hola- le decía la pantalla, Diego se imagino una gordita cuarentona, divorciada y llena de hijos sin embargo faltaban 20 minutos para la película así que le contesto: Hola ¿Qué haces?- TERE Inmediatamente le contesto: Malgastando mi vida, supongo ¿y tú? A Diego le pareció graciosa, y converso con ella, supo que no tenía 45 sino 28, que era soltera y que tampoco le gustaban los chats. Que trabajaba en una agencia de autos en el área de mercadotecnia y que estaba sola en la ciudad como Diego, quién ante el anonimato fue muy sincero en sus gustos y en sus fobias, encontrando en Tere una afinidad muy sospechosa, inclusive ella le dijo que también había pensado ver la película de Allen en la canal fox. Diego entonces se empezó a abrir a la posibilidad de que algo surgiera. Había oído historias de gente que se conocía en los chats y que llegaban hasta a casarse. Lo cual a él se le hacía una leyenda urbana. Seguramente Tere tendría algún defecto físico, ya que sus respuestas eran inteligentes y hasta tenía humor; algo muy escaso en las mujeres. Quizás podría tomarse una copa y salir un poco de esta su celda moderna, no se haría expectativas, las mujeres que se meten a los chats por lo general son mujeres desesperadas. ¿y si era una banda de secuestradores? se sintió tan tonto ¿y si era un bromista ocioso? ¿Un escritor en busca de historias? .

Diego le pidió a Tere que se describiera; Tere le dijo que era delgada, que de vez en cuando seguía yendo a la natación, que sus ojos eran grandes como los de un búho y que su cabello era más negro que el pasado de un candidato a la presidencia, que medía 1.70 y que ya no le diría más pues no era tan vanidosa. A Diego le gustaban así, morenas, un poco menos altas que él y que fueran deportistas, pero para estar seguro y no perder el tiempo Diego la invito a salir, pero antes, le dijo mándame una fotografía tuya para reconocerte.

Tere accedió y empezó a cargar su foto, Diego se moría las uñas ¿y si era su día de suerte? ¿y si por fin los dioses del Olimpo se había apiadado de él? Ya no habría viernes en la noche solos, y los sábados saldría a conocer los pueblitos de Jalisco, con alguien que guardara en su memoria lo detalles que a él se le escaparían. El mundo estaba hecho para caminarlo de a dos. La fotografía estaba ya al 95 % y pronto vería de qué estaba hecha Tere, sin embargo en la calle una mujer estresada por llegar por sus hijos a la escuela se le metió a un camión urbano desviándolo directamente contra un poste que sostenía el transformador que surtía de energía al edificio de Diego. Su computadora se apago así como su vida, el idiota no le había pedido su teléfono, ni su email, y eran más de 100 salas, como la podría encontrar de nuevo.

Diego salió a la puerta de su departamento y miro el pasillo oscuro, al final del pasillo su vecina también miraba en búsqueda de la tan ansiada luz que llegó de repente, al fondo vió a su vecino, un tipo agradable con quién nunca había cruzado palabra al igual que con la mayoría de la gente que compartía edificio. Se miraron un instante y la luz llego, avergonzado Diego regreso a su departamento así al igual que Tere, le hubiera gustado tener un amigo en el piso, alguien con quien platicar un poco, encendió su computadora, pero no tenía internet, la compañía era un fiasco, miro en su cámara digital, la fotografía que le iba a mandar al tipo que conoció en internet, parecía un buen tipo pero ¿Qué tal si era un degenerado? Ó ¿un flojo mantenido como los que abundaban en la red? Después de esperar unos minutos se alegro de no haber mandado la foto, fue a la cocina y regreso con un vaso de leche y unas galletitas príncipe, la película de woody ya había comenzado.

2 comentarios:

nani dijo...

jaaajajajajaja allando el amor de su vida y perdiendolo en el mismo instante

Eugenia dijo...

chale...yo también soy una romántica incurable, espero no terminar así. Jajaja