viernes, 6 de agosto de 2010

El honor

 Tarde de verano en el puerto de Mazatlán. Desde la habitación 504 se ve el oleaje de la costa del pacifico, así como el gigantesco malecón y los miles de bañistas en la playa.


En la habitación 504 del cid hay dos camas individuales. En una, está sentado Tadeo, ronda los 35 años, delgado y de semblante noble. En la otra está acostado Antonio (de 40) quién trata de dormir espantando a un mosquito con la palma de su mano. Tadeo cambia los canales de televisión con el control remoto, uno a uno. Antonio abre los ojos y busca al zancudo que no lo deja dormir.

TADEO: Tanto pinche canal y nada bueno, 300 canales de mierda, como si tuvieran 600 ojos y como si el día tuviera 100 horas para ver la puta tele. ¿Y aquí en la playa! ¡ja! prefiero mil veces salirme, con una cheve en la mano y ver el mar, como los anuncios de corona.

Antonio mira encima de la cabeza de Tadeo, se levanta y se acerca a él, da un manotazo que deshace al zancudo y que deja una mancha de sangre en la pared del hotel.

TADEO (asustado): ¡Ora carnal!

ANTONIO: Si no lo chingo, me va a chingar él a mí. ¿Y si tiene dengue?. El año pasado ya me dio y si me da otra vez, va a ser del hemorrágico

En la televisión Tadeo encuentra un noticiero de deportes. Y sube el volumen.

COMENTARISTA DE TV: Y anoche en una actuación heroica el Guadalajara se corona campeón, de la copa Santander libertadores, es el primer equipo Mexicano en llevarse esta justa…

TADEO: ¡Ah huevo! Hubiera estado bien perrón estar ahí. ¿Te acuerdas cuando mi jefe nos llevo al estadio? cuando quedaron llegaron a la final las chivas, ¿Qué año sería? Como el 81 no?

ANTONIO: 83?

TADEO: ¿83? Ah cabrón pues yo tenía como 9 años. Pensé que había sido antes.

ANTONIO: Pobre de mi jefe, se chingo sus ahorros para llevarnos a ver el juego y al final terminaron perdiendo.

TADEO: Por la bronca con el América sino nos la hubieran pelado.

TADEO: No mames, hubiera estado bien perrón verlo, allá con el Martín en su pantallota. Seguramente se armo chida la peda.

ANTONIO: No te estés quejando cabrón, nos van a pagar muy bien.

TADEO: Pues si cabrón, pero a ver cuándo las chivas vuelven a ganar, con ese puto presidente que tienen, seguramente va a vender a todos los jugadores, a ese cabrón lo que le importa es la lana.

ANTONIO: ¿A quién no?

TADEO: ¡A mí! La neta. Hay cosas más importantes. El dinero es pasajero y traicionero. Eso decía mi jefe.

ANTONIO: Y mira como termino, arruinado, sin un cinco.

Tadeo se acerca al frigo bar y saca la última cerveza de lata, la destapa y le echa un trago.

TADEO: Pero vivió la vida cabrón y a nosotros nunca nos falto nada.

Antonio se incorpora y se la quita.

ANTONIO: Ni nos sobro. No puedes tomar todavía a lo mejor nos necesitan ahora.

Antonio vacía la cerveza en el lavabo del baño.

TADEO: No cabrón pues que vida llevas, no puedes pistear, no puedes salir con morritas, todo el pinche día encerrado. Así que chiste ¿pa que sirve el dinero si no lo puedes disfrutar?

ANTONIO: Y cállate cabrón que me estresas.

TADEO: ¿Ya que horas pagan?

ANTONIO: Ahorita me hablan y…

En un noticiero se observa la imagen de un cuerpo tendido afuera de un restaurant.

ANTONIO: ¡Ahuevo jajajaja! Pinche puto.

CONDUCTOR DE TELEVISIÓN:-.. Un comando armado acribillo al hijo de líder del cartel del Norte, según testigos varias camionetas tipo suburban arribaron al lugar en punto de las 9:00 y de su interior bajaron más de 10 sicarios armados con cuernos de chivo que abrieron fuego contra el hoy occiso, matando también a 3 de sus acompañante e hiriendo a un mesero del lugar. Hasta el momento nadie se ha adjudicado el asesinato..

TADEO: No mames carnal,

ANTONIO (Alegre): ¿Qué?

TADEO: Pues que balearon a un mesero, tú dijiste que no chingaban gente inocente.

ANTONIO: Ni pedo cabrón, ni modo que nos pongamos a preguntar si tienen o no que ver.

TADEO: Cabrón, mi papá también era mesero. ¿Qué tal si le hubiera tocado estar ahí? ¿Y lo hubieran baleado sin deberla ni temerla?

ANTONIO: Al que le toca le toca.

TADEO: No mames ¿Cuánta gente se han chingado así?

ANTONIO: No se, no me pongo a contarla. Aparte tu porque te agüitas si ni disparaste ya deja de estarte quejando.

TADEO: No dispare pero los lleve. De haber sabido la neta ni le entro, que se maten entre ustedes pinches lacras me vale verga, pero que chinguen gente inocente, esta mal. Yo no lo entro, yo ya me voy a salir carnal.

ANTONIO: No te puedes salir.

TADEO: A huevo en cuanto me paguen me regreso a Guadalajara.

ANTONIO: Ya estas adentro ya te la pelaste.

TADEO: Nel, aparte ¿que? ¿ni modo que me obliguen? Yo no voy a decir nada, pero mejor me voy a poner a trabajar

ANTONIO: ¿De que? ¿de mesero?

TADEO: De lo que sea cabrón, con que tenga mi conciencia tranquila y pueda salir a caminar a gusto.

ANTONIO: Pues no vas a salir del barrio, como mi jefe.

TADEO: Bueno ¿tu que traes contra mi jefe?

ANTONIO: Nada cabrón, y mejor si no sabes ni hables.

TADEO: ¿No se qué?

ANTONIO: ¿Sabes porque se fue mi jefa?

TADEO: No sé. Pues porque su mamá se pudo enferma ¿no?

ANTONIO: No seas pendejo, un cabrón millonario de los altos la andaba rondando y la conquisto, ¿y sabes que hizo mi jefe?

TADEO: No sé, ¿Qué hizó?

ANTONIO; ¡Nada! No hizo ni madres, no tuvo los huevos para ponerle un balazo en la maceta al hijo de su puta madre, dejo que lo humillaran y que se llevaran a mi jefa y de colmo nos quedamos a vivir en el mismo pinche barrio siempre, ¿Cómo crees que nos miraba la gente? Como los hijos de un cabrón sin huevos.

TADEO: ¿Y que querías que hiciera? ¿Qué le pusiera un plomazo y lo metieran a la cárcel? De todas formas la jefa no iba a regersar, hizo bien mi jefe.

ANTONIO: Tú eres igual que él, un pinche conformista.

TADEO: Y tú eres como mi jefa, muy ambicioso…

El teléfono de Antonio sonó y este lo contesto.

ANTONIO: Sí comandante, seguro. Lo que usted diga. Si claro también está puesto. Ah muy bien, ¿en serio? ¡Felicidades! Claro aquí estamos aquí lo esperamos.

Antonio colgó el teléfono y se empezó a vestir.

ANTONIO: Vámonos, hay otra misión.

TADEO: Yo no voy ya carnal, ya te dije que yo hasta aquí, es más diles que no quiero su puto dinero, esta manchado con sangre y no quiero tener nada que ver.

Antonio termino de vestirse y se sento frente a Tadeo, pensativo.

ANTONIO: Bueno carnal, tú sabrás, a lo mejor va a pasar mucho tiempo antes de que nos veamos, asi qué pues hay que echarnos una última chela antes de irme ¿no? ¿te lanzas? Antonio saca dinero de su cartera y Tadeo sale a la calle por cervezas. El malecón de Mazatlán luce esplendoroso, lleno de jóvenes celebrando la vida. En las calles pasan las ostentosas camionetas con música de banda y la gente camina con sus cervezas en la mano. Tadeo llega al expendio de cerveza y pide un six, el sol está a punto de ser tragado por el mar y Tadeo observa un esplendoroso crepúsculo marino como en los comerciales de corona.

De regreso al cuarto, destapan sus cervezas y Tadeo le da un gran trago a la suya.

ANTONIO: ¡Salud Carnal!

TADEO: ¡Salud!

Se toman sus cervezas en silencio, viendo hacía el mar. Tadeo se levanta a orinar, se siente aliviado, no tiene porque correr aquellos riesgos, lo único que quiere es juntar un poco para poner un ciber e irla llevando.

Tadeo regresa al cuarto y Antonio ya le ha destapado otra cerveza

TADEO: ¡Chido carnal! Sabes, nunca nos enseñaron a demostrar afecto, pero hoy tengo ganas de decirte que te verdad te quiero carnal, siempre me defendiste y has estado ahí, la verdad yo no soy para este ambiente, no tengo los nervios ni la sangre fría para esto. La verdad tengo miedo y pues no puedo. No te juzgo pero yo no puedo Antonio.

Antonio le da un gran trago a su cerveza y se voltea hacía la ventana, Tadeo extrañado ve como Antonio empieza a llorar. Sonríe, nunca ha visto a Antonio demostrar nada.

TADEO: No te preocupes carnal, vamos a estar bien, los dos vamos a estar mejor.

ANTONIO: Perdóname carnalito, ó era yo o iba a ser más gacho.

Entonces Tadeo lo comprende, mira el interior de su cerveza y su garganta comienza a cerrarse. Expulsa espuma por la boca.

ANTONIO: Yo también te quiero mucho Tadeo, perdóname.

Tadeo se tambalea y cae en el balcón. alcanza a mirar un retazo de noche, entre música de banda y estrellas fugaces.

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