jueves, 21 de octubre de 2010

calaverita


Se preparó la muerte, gustosa a trabajar
Buscó cuerpos inertes, por todo el boulevard
El sábado es muy fácil, sólo hay que esperar
La vida es muy frágil, no midiéndose al tomar

Miró el tráfico en calma, no oyó ni una ambulancia
No había una sola alma, perdida en la vagancia.
Fue a todos los antros, sus grandes proveedores
Le vino el espanto, al no ver conductores

Y es que  había “tránzitos”,  por todo el perímetro
Asustando tácitos, con el alcoholímetro
Ya no había borrachos, estampados en postes
Ni fieros mamarrachos, enfrascándose a golpes

Entonces vio en un auto, pasándose impetuosos
Semáforos en alto, a dos tipos canosos
Tomándose a raudales, el presupuesto anual
Era Emilio González, paseando al cardenal

Pero que buen desmadre, dijo el predicador
¡Qué chinguen a su madre!, grito el gobernador
¿Todavía queda vino? ¡Écheme un poquito!
Y quítese el corpiño, porqué me da asquito”

¿Qué pasó mi Emilio?  Fuéramos maricones
Lo nuestro es un idilio, ¡pero un idilio de hombres!
Continuaron chupando, haciendo mucha bulla
Que se van estrellando, Chingaron a la suya

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